Humanización de las mascotas: más que una cuestión filosófica

La discusión parece no tener fin: ¿qué es y qué no es la humanización de las mascotas? Los perros son perros, los gatos son gatos y los niños son niños. Parece obvio, ¿no? Sin embargo, desafortunadamente, esta "obviedad" ha sido deconstruida, en detrimento del bienestar de muchas mascotas.
Cuando todo empezó
Hasta el siglo XIX, los perros eran animales de trabajo, no tenían estatus de mascota. Con la Revolución Industrial y la mudanza de la gente del campo a la ciudad, se convirtieron en parte de la familia. Surgieron entonces hábitos, comportamientos y productos para atender a este nuevo “niño”. Mientras los perros siguieran siendo tratados como perros, es decir, respetando las necesidades de la especie, todo iba bien. Desde el momento en que la gente empezó a tener menos hijos, y sus perros asumieron este papel, empezó esa llamada “humanización”.
¿Y eso qué quiere decir?
La humanización es el acto de hacer humano, o más humano. Es asignar características humanas a algo y actuar como si estuvieras tratando con un ser humano. Ahí encontramos el problema fundamental: los perros no son humanos, y nunca lo serán. La ciencia ya ha demostrado que los perros tienen una inmensa capacidad de empatía, y de reaccionar de acuerdo a nuestros sentimientos y deseos. Pero eso no los hace humanos. No veo nada malo en ver comportamientos “humanos” en nuestros hijos con patas, que a veces es exagerado por nuestra parte. Lo que no podemos hacer es forzar comportamientos que, con el tiempo, causen daño psicológico y físico a nuestras mascotas. He oído hablar de personas que ponen a comer a sus perros sentados en la mesa, en una silla. Cada día veo perros que dominan por completo a sus humanos, y hacen lo que les da la gana, sin ningún tipo de límite. Y veo gente que impone su filosofía de vida a sus mascotas, en detrimento de la naturaleza. Estoy hablando de personas que quieren que sus animales, nacidos para ser carnívoros, se vuelvan vegetarianos, o peor aún, veganos. Estoy en contra, y para mí esto es el colmo de la humanización. Otra cosa muy dañina para los perros: cuando los tutores, para suplir ausencias y faltas, dan meriendas o demasiada comida. La consecuencia directa es el sobrepeso, la obesidad y todos los problemas asociados. Un ejemplo más son las personas que no permiten que sus perros pequeños absolutamente sanos caminen por la calle, manteniéndolos en sus piernas o, peor aún, en cochecitos. O incluso aquellos que no quieren que sus perros jueguen con otros perros. Todos estos comportamientos de tutor, disfrazados de amor, hacen un daño inmenso a los perros. Créeme. La industria también lanza productos que no solo no hacen nada bueno para el mercado, sino que también ayudan a crear más problemas. Hace unos años estaba de moda una muñeca sexual para perros, para que ejercieran “su voluntad”. ¡Peor, imposible!
¿Y qué no se puede considerar humanización?
Por otro lado, brindar a nuestros perros lo mejor en cuanto a alimentación, atención veterinaria y productos innovadores, satisfaciendo las necesidades específicas de la especie, no es humanizar. Todo lo que no sea dañino y tenga el potencial de protegerlos o ayudarlos, puede y debe usarse, en aras del bienestar de nuestros niños pata. Algunos ejemplos:
- Comida natural: He escuchado a mucha gente decir que la comida natural es exageración, frescura. Sin embargo, la base de un perro sano es una alimentación de calidad. ¿Y por qué no utilizar los nuevos conocimientos sobre nutrición para ofrecerles lo mejor para ellos? Humanizar sería ofrecerles comida humana, sin tener en cuenta lo que es bueno y lo que es malo para el organismo de un perro. Lea más sobre los alimentos prohibidos para perros aquí.
- Ropa: Otro error es pensar que todo perro que viste ropa está siendo humanizado. Muchos perros tienen frío y necesitan protección adecuada. Lee más sobre ropa aquí.
- arcos: los perros de pelo largo, cuyo flequillo cae sobre los ojos, deben ser peinados para que el pelaje no dañe la córnea.
- Botines: hay casos en los que el uso de botines es recomendable y necesario. Por ejemplo, para proteger las patas de suelos demasiado calientes, demasiado fríos, ásperos o afilados.
- Terapias holísticas: la acupuntura, el reiki y otras terapias holísticas tienen el potencial de tratar problemas que la medicina tradicional no puede abordar. Entonces, ¿por qué no usar estos métodos? Lea más sobre terapias holísticas para mascotas aquí.
Entonces, entramos en otro punto de discusión: ¿qué pasa cuando las personas visten a sus perros con vestidos y disfraces? Mi opinión personal es que si al perro no se le molesta, y esto crea una relación afectiva con su dueño, no hay problema. Hay muchos otros temas que se pueden discutir sobre el tema de la humanización. El tema es controversial, pero lo importante es recordar que todo lo que es excesivo es dañino. Permita que su perro sea un perro, se divierta, ruede en la tierra, se ensucie, juegue con otros perros, sea feliz.
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